Por Lynette González Centeno
En Dyersville, una ciudad al este de Iowa y a unas 200 millas al oeste de Chicago, hay un lugar que ha capturado la imaginación de muchos: el Field of Dreams. Este campo de béisbol, ubicado en medio de la tranquilidad rural de los campos de maíz, se ha convertido en un destino icónico para los amantes del cine y del deporte.
Inspirado en la novela «Shoeless Joe» de William Patrick Kinsella, la película «Field of Dreams» de 1989 presenta a Kevin Costner en el papel de Ray Kinsella. En la trama, Kinsella escucha una voz misteriosa que le dice: «Si lo construyes, él vendrá». Siguiendo está instrucción, el protagonista transforma un rincón de su granja en un campo de béisbol en medio de sus campos de maíz, una idea que resulta inverosímil para todos sus conocidos.
Años después, el recuerdo de esa misma voz ha atraído a numerosos turistas (como nosotros) a este lugar especial. Su atmósfera nostálgica, la pasión por el béisbol y la enseñanza de la película sobre la importancia de perseguir los sueños, incluso cuando parecen imposibles, hacen de este lugar único.
Aunque cuando fuimos los campos de maíz no estaban en pleno esplendor y el paisaje lucía diferente al de la película, ir de un lugar a otro bajo un sol intenso que hacía resplandecer ese campo verde fue una experiencia emocionante.
No solo revivimos las escenas de la película, sino que también sus recuerdos nos transportaron a la década de 1980, una época llena de nostalgia para Marco y para mí. Allí nos sentimos parte de la magia que rodea este lugar mientras observábamos a otros turistas que aprovechaban la oportunidad para jugar partidos improvisados.
En «Field of Dreams» obtuvimos las «Postales de Viajes» más bellas.
Descansamos bajo la sombra de los Picea.
Y hasta hubo tiempo para echarse una siesta y soñar con el béisbol.
Tuvimos la oportunidad de visitar el «Field of Dreams» en un «road trip» que incluyó los estados de Iowa, Nebraska y Kansas.