Por Lynette González Centeno
Emprendimos un viaje fascinante por el noroeste de España. La puerta de entrada fue Madrid, su capital. Desde ahí partimos a Galicia para visitar Pontevedra, Santiago de Compostela y A Coruña. Luego nos dirigirnos a León, Santillana del Mar, Burgos y Segovia. Fueron 17 días, por ciudades cargadas de historia, que guardan majestuosas iglesias, castillos y monumentos.

Nuestra intención era viajar a Orlando, Florida, pero debido al paso del huracán María por Puerto Rico nuestro vuelo fue cancelado. La familia de Marco tenía planificado un viaje a España, así que le dijimos adiós a Mickey Mouse, y con un poco de suerte nos unimos al grupo. Llegamos a Madrid cinco días antes que ellos.
Aterrizamos en Madrid con maletas en manos, un papel que nos indicaba la dirección del hostal reservado y con la esperanza de que no le cancelaran el vuelo a la familia para poder reunirnos más adelante.
Así comenzó nuestra aventura improvisada. Entramos a Madrid arrastrando las maletas por las calles de la emblemática Puerta del Sol en Madrid, cerca de donde estaba situado nuestro hostal. Este espacio es un punto de referencia, así que nuestra elección no pudo ser más acertada. Allí se halla la estatua del Oso y el Madroño. Otro de los iconos que pudimos disfrutar en la Puerta del Sol fue el reloj de la Real Casa de Correos, donde se recibe el año nuevo en Madrid. Y más tarde nos enteramos que una placa en el suelo marca el «kilómetro cero», donde convergen varias carreteras.

Después de un merecido descanso y antes de empezar nuestro recorrido por la ciudad disfrutamos de una rica sopa de calabaza y un delicioso filete de res. Este fue el comienzo de cinco días de paseo sin prisa por las hermosas calles de Madrid, una experiencia que nos hizo sentir como en casa.
Desde el inició la ciudad nos cautivó por su singular belleza arquitectónica y mezcla de vida contemporánea con rincones llenos de historia. Como no hemos visitado muchas ciudades europeas todo nos parecía irreal.
Nuestra meta era visitar los lugares emblemáticos. Comenzamos caminando por la calle Mayor, una calle llena de vida, que nos llevó hasta la Plaza Mayor. La noche nos encontró en este hermoso espacio, que tiene más de 400 años de historia. Fue el escenario de corridas de toro, fiestas y hasta ejecuciones, hoy es un icono de Madrid.

Hicimos una parada en el mercado de San Miguel que está cerca de la Plaza Mayor. Su estructura de hierro del siglo XX enseguida nos llamó la atención. Fuimos de un lado a otro por sus pasillos llenos de color para ver carnes, mariscos, dulces, quesos, jamones,entre otros. Este mercado fue inaugurado en el 1916, tras ser abandonado durante varios años, abrió sus puertas en el 2009 para convertirse en un importante centro gastronómico. No resistimos la tentación y compramos algunos dulces.

Regresamos a la Puerta del Sol, aunque nos encanta pasear por la ciudad de noche, Ianna estaba agotada y decidimos volver al hostal para descansar. El día siguiente estaba reservado para visitar el Palacio Real de Madrid.
Después de disfrutar de una deliciosa paella del señorito caminamos hasta el Palacio Real de Madrid, erigido en el siglo XVIII. Está construido justo donde estaba el Alcázar de Madrid que fue destruido por un incendio en 1734. Nos maravillamos con los diversos salones del palacio, decorados con mobiliario, pinturas, porcelanas y tapices que pertenecen a diferentes reinados. Por la noche vagamos por toda la ciudad explorando todos sus rincones.


Ya no recuerdo la cantidad de veces que, durante nuestra estancia en Madrid, emprendimos la marcha desde la Puerta del Sol hasta la emblemática Fuente de Cibeles, un conjunto escultórico impresionante.

En esos paseos continuábamos el recorrido por la calle de Alcalá hasta la Plaza de la Independencia, donde está la emblemática puerta de Alcalá desde 1778. Ésta es un recuerdo de cuando los visitantes pasaban por puertas de registro y tenían que pagar impuestos.


El camino lleva hasta el Parque del Retiro. Sus 125 hectáreas albergan hermosos jardines, allí se halla el árbol más antiguo de Madrid. Disfrutamos de un paseo por el Estanque Grande y también vimos el Palacio de Cristal, un edificio de finales del XIX, donde se exponen obras de arte.


También, visitamos la Gran Vía, donde caminamos sin rumbo fijo. Esta centenaria avenida comercial reúne tiendas, restaurantes, teatros y hermosos edificios, como el Metrópolis y el Carrión. ¡Nos encanto!

En una ciudad llena de riquezas artísticas, no puede faltar un recorrido cultural por sus famosos museos. Fui (sola) al Museo Nacional Reina Sofía, que reúne colecciones del arte contemporáneo español. Tenía una cita, desde hace mucho tiempo, con «Guernica», la famosa obra de Pablo Ruiz Picasso. ¡Fue amor a primera vista!
Otro día visitamos el Museo Thyssen Bornemisza. Allí nos enamoramos de «Les Vessenots en Auvers», de Vincent van Gogh.
La última noche en Madrid fuimos al Parque del Oeste. Ahí se alza sobre una colina el Templo de Debod, un templo egipcio que tiene más de 2,200 años de antigüedad. Disfrutamos de una bonita vista a la ciudad desde su mirador.

Recorriendo el norte de España en auto: de Galicia a Castilla y León
Durante la segunda parte de nuestro viaje, nos reunimos con seis miembros de nuestra familia en el aeropuerto, donde alquilamos un auto y emprendimos el camino hacia Galicia. Mi cuñado, Alberto, había planeado minuciosamente este viaje para descubrir ciudades monumentales e iglesias impresionantes, y así fue que comenzamos nuestra emocionante aventura.
[Para poder conducir por España se necesita un Permiso Internacional para Manejar. Antes de salir de Puerto Rico lo obtuvimos en la única oficina autorizada ubicada en la avenida Muñoz Rivera en Hato Rey.]
Pontevedra
Un recorrido de seis horas desde Madrid nos llevó a la provincia de Pontevedra. Una ciudad llena de historia que floreció durante la edad media. Solo basta dar un paseo por su casco histórico para entender el porqué fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1951. De allí la postal que me llevé grabada en la memoria fue la iglesia de la Peregrina. Fue construida en el siglo XVIII y es un punto de referencia para los peregrinos que hacen el Camino Portugués a Santiago de Compostela. Sin embargo, la joya de Pontevedra es la Basílica de Santa María la Mayor que esta ahí desde el siglo XVI.




Santiago de Compostela
La capital de galicia es una ciudad cultural, religiosa e histórica. Desde hace siglos alberga los restos del apostol Santiago el Mayor y recibe miles de peregrinos.



Perderse por el laberinto de callejuelas en el centro histórico es descubrir un mundo de detalles. Calles estrechas que desembocan en hermosas plazas. Monasterios, iglesias y edificios que combinan diferentes estilos arquitectónicos; y ahí está la monumental Plaza del Obradoiro para ejemplificarlo. Nuestros recorridos por Santiago de Compostela casualmente siempre comenzaban y terminaban en este concurrido lugar . Donde nos entretuvimos mirando a los peregrinos, a las estatuas vivientes y los artistas de la calle haciendo enormes burbujas de jabón



En la Plaza del Obradoiro destaca la Catedral de Santiago, donde reposan los restos del Apóstol Santiago. Esta Catedral fue construida en el 1075 para acoger a los peregrinos. La Catedral está rodeada de otros imponentes edificios que igualmente impresionan: el Palacio Rajoy, el Hostal de los Reyes Católicos y el Colegio San Jerónimo, sede de la Universidad de Santiago.

El paseo por el centro de A Coruña nos regaló unas horas de sano esparcimiento. Comenzamos en el antiguo puerto pesquero repleto de botes y veleros . Ahí vimos los famosos edificios acristalados que le regalan más encanto al paisaje.
A Coruña está situada en una península pequeña. Entre sus atractivos se encuentra un paseo marítimo de ocho millas que ostenta ser el más largo de Europa.


La visita al casco histórico no podía faltar, caminamos desde el puerto hasta la ciudad vieja donde vimos la Colegiata de Santa María del Campo. También, fuimos a la Plaza de María Pita, donde se destaca el hermoso Palacio Municipal inaugurado en 1927. María Pita fue una heroína que defendió la ciudad de un ataque inglés en siglo XVI.


Pero, el gran símbolo de la ciudad se levanta sobre un acantilado iluminando la costa del océano Atlántico. Se trata de la Torre de Hércules, un antiguo faro romano del siglo I d.C. que aún está en funcionamiento. En la Torre de Hércules capturamos las postales más bellas de nuestro viaje.





Lucy, Yazmin (Caleb), Alberto, Yeyi, Blanca, Quito, Ianna y Marco

León
Nuestra siguiente parada fue en la provincia, León, un importante punto de paso en el Camino de Santiago. Un paseo a pie por su casco histórico nos llevó a conocer detalles de su magnífica historia.
Iniciamos el recorrido por una serie de establecimientos modernos en la Avenida de la Independencia. En la Plaza San Marcelo tropezamos con el edificio de Antonio Gaudí, la Casa Botines, construido en el siglo XIX, y junto a éste el Palacio de los Guzmanes construido en el siglo XVI en estilo renacentista. Por la calle del Cid, y ya en el Barrio Romántico de León, no encontramos con la basílica de San Isidoro, una joya arquitectónica de estilo románico construida en el siglo XI.




Continuamos el recorrido hasta finalmente visitar su gran símbolo, la hermosa Catedral de Santa María de estilo gótico. La historia de su construcción resume toda la historia leonesa. La catedral actual se construyó en el año 1205. De ella destaca su famoso conjunto de vidrieras.


Santillana del Mar
A dos horas y media de León se encuentra Santillana de Mar. Una hermosa villa de origen medieval en Cantabria que parece una postal.

Las dos calles principales empedradas, que comprenden su casco histórico están llenas de casas de piedra con tejados y balcones de madera adornados con flores que trasladan a la época medieval e invitan al paseo y la relajación. Hay posadas, edificaciones históricas, museos y restaurantes. Un conjunto que parece surgir de un cuento. Las guías lo definen como uno de los pueblos más bonitos de España. Para dejar volar la imaginación al pasado nos hospedamos en un hotel histórico, que data del siglo XVI y que fue restaurado en el siglo XIX.




Aunque no tuvimos la oportunidad de visitarla, cerca de Santillana del Mar se encuentra la famosa cueva de Altamira, donde hay arte del Paleolítico. Nos quedamos con deseos de visitarla.
A donde sí fuimos fue al museo de la Tortura y la Inquisición. Este inquietante lugar alberga instrumentos de tortura de diferentes períodos. Allí nos enteramos, horrorizados, de cómo eran torturados los herejes y criminales.

Al salir de Santillana del Mar paseamos por la costa del Cantábrico. Ianna y Alberto mojaron sus pies en el agua helada del mar y todos disfrutamos de la brisa y la tranquilidad que solo brindan los paisajes naturales que enamoran.




Después de visitar Santillana del Mar, nos sorprendió la modernidad de Burgos. La misma noche de nuestra llegada comenzamos nuestro recorrido caminando por la Plaza del Mío Cid, adornada con la estatua ecuestre del Cid. Pero lo que más me impactó fue la vista del Paseo del Espolón, bordeando el río Arlazón, donde se podía ver en la lejanía parte de la estructura del Arco de Santa María (1553) y las agujas que caracterizan la Catedral de Burgos. Este imponente arco es un recordatorio de una de las doce puertas antiguas que protegían la ciudad.




Éste hace de entrada a la plaza del Rey San Fernando, donde se encuentra el gran símbolo de la ciudad: la Catedral de Burgos, una joya del gótico. En su interior igualmente fascinante reposan los restos del Cid Campeador y Doña Jimena.


Segovia
El viaje de Burgos a Segovia fue de dos horas y media. Ya en su centro histórico inmediatamente nos topamos con el emblemático Acueducto romano y la Plaza del Azoguejo. Las casas con tejado y balcones, que rodean la plaza, embellecen la escena durante la tarde, pero la ciudad antigua iluminada por las farolas al caer la noche regalan la mejor postal . Allí caminamos de un lado a otro en busca de un restaurante tradicional para cenar.
Segovia forma parte de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. El Acuaducto romano fue construido durante la segunda mitad del siglo I y comienzos del siglo II d.C. Este conserva más de 160 arcos y mide más de 15 kilómetros.



Al día siguiente, el punto de encuentro fue en la Plaza Dr. Laguna, ubicada cerca de nuestro hostal. Desde ahí continuamos hasta la Plaza Mayor, donde se encuentra la imponente Catedral de Segovia de estilo gótico. Fue erigida entre los siglo XVI y XVIII y destaca por su belleza arquitectónica y su impresionante altura.


Continuamos nuestro paseo por un laberinto de callecitas estrechas hasta llegar al emblemático Alcázar de Segovia. Ahí comprobamos que los castillos no solo existen en los cuentos de hadas. Su construcción original data del siglo XII. Ha servido de castillo defensivo, prisión estatal, residencia de los reyes y academia militar. Actualmente, el Alcázar es un museo y archivo militar que ofrece una vista impresionante de la ciudad y sus alrededores, digna de una nueva postal para el baúl de los recuerdos.



Regresamos a Madrid con deseos de descansar. En dos días tendríamos que tomar un vuelo de diez horas hasta Charlotte, North Carolina, para luego hacer una conexión hacia New York, y finalmente, volar a Puerto Rico al día siguiente.