Por Lynette González Centeno
En la primavera de 2015, aprovechamos las vacaciones de Semana Santa para visitar tres estados de la costa este: New Jersey, Pennsylvania y Maryland. Visitamos las ciudades históricas de la región y otras que nos llamaban la atención por sus diversas atracciones. Fuimos a Atlantic City, Philadelphia, Lancaster, Hershey, Gettysburg y Baltimore.

Nuestra aventura comenzó al aterrizar en el Aeropuerto Newark Liberty, en New Jersey. Después de alquilar un auto, emprendimos un viaje de casi dos horas hacia Atlantic City.
Lo primero que hicimos al llegar a esta ciudad llena de casinos fue ir a caminar al famoso Boardwalk. El atardecer nos encontró en este emblemático lugar que se comenzó a construir en el 1870. Allí disfrutamos de una bonita vista al océano Atlántico y al Steel Pier, un parque de diversiones con una noria en la distancia. El lugar perfecto para tomarnos varias fotografías. La imagen nos cautivó durante la tarde, pero nos enamoramos al caer la noche cuando el lugar comenzó a iluminarse. A lo largo de este Boardwalk de seis millas encontramos hoteles, restaurantes, tiendas y lugares de entretenimiento, pero todo estaba desolado.
Aunque la primavera no es la temporada más animada, el lugar todavía guarda su encanto.


No estábamos preparados para temperaturas entre 20 y 30 grados. La brisa marina nos dejo helados, así que tuvimos que poner un alto a nuestra caminata para comprar guantes y gorros en una tienda de recuerdos estilo “vintage”. Al poco tiempo recobramos el aliento y continuamos explorando el lugar sin ningún contratiempo adicional.
Una de las cosas que más recuerdo de nuestro paseo por el Boardwalk es cómo Ianna, con tan solo dos años, estaba tan emocionada que no paraba de caminar. Su energía era interminable, y la comparábamos con el conejito de la Energizer: “Keeps going, going and going…” Sin duda, esas horas son nuestra hermosa postal para el baúl de los recuerdos.
Después de una tarde agotadora caminando por el Boardwalk decidimos cenar en P.F. Chang’s. A pesar de que el restaurante estaba a media hora de nuestro hotel, cuando terminamos estábamos demasiado cansados para caminar de regreso. Para llegar decidimos montarnos en una silla rodante de mimbre, que estaba protegida por un plástico y empujada por una persona. Según nuestro chofer esas curiosas sillas hacen de taxi dentro del Boardwalk desde hace más de 100 años. Fue la mejor opción para llegar rápido al hotel y continuar nuestro paseo por el Boardwalk.
Al día siguiente, continuamos nuestro “road trip” en dirección a Philadelphia, Pennsylvania.
Esta ciudad rica en historia y cultura es una de las ciudades con mayor población puertorriqueña. Aquí comenzó la historia de una nueva nación, cuando, el 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos.


El centro histórico de Philadelphia es un lugar fascinante, lleno de puntos de interés que nos transportan a la historia de Estados Unidos. Durante nuestra visita, nos quedamos en un hotel cercano al Liberty Bell Center, el primer lugar que exploramos. El Liberty Bell es un símbolo de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos y de la abolición de la esclavitud. Justo en frente del Liberty Bell Center se encuentra el Independence Hall, donde se firmó la Declaración de la Independencia en 1776. Aunque no entramos, no pudimos evitar sentirnos emocionados por la importancia histórica de este lugar.


Al mediodía buscamos un buen lugar para probar el famoso Philly Cheesesteak. Encontramos a Sonny’s un restaurante de comida rápida donde cocinan frente a los clientes. ¡Nos gustó! Luego, visitamos la casa de Betsy Ross, donde se cosió la primera bandera de los Estados Unidos.


Al día siguiente, fuimos al parque John F. Kennedy Plaza donde está, desde 1976, la famosa escultura Love de Robert Indiana. Estas llamativas letras de color rojo nos regalaron el mejor lugar para obtener otra postal para el baúl de los recuerdos.


Continuamos nuestro paseo a pie hasta los Rocky Steps. Estos son los 72 escalones que están al frente del Museo de Arte de Philadelphia. Fueron popularizados por Sylvester Stallone en la película de 1976 Rocky. A la derecha de los Rocky Steps hay una estatua de bronce inspirada en el personaje de la película. La estatua fue utilizada en la película Rocky III en 1982. El día siguiente estaba reservado para visitar The Franklin Institute, un lugar para aprender de ciencia y tecnología.



Retomamos nuestro “road trip”, de hora y media, en dirección a Lancaster, Pennsylvania. Ahí vive la segunda comunidad más grande de amish en los Estados Unidos. Las miembros de esta comunidad religiosa aún viven como sus antepasados lo hacían en 1700, cuando llegaron a Pennsylvania atraídos con la idea de vivir en una colonia donde se practicara la tolerancia religiosa.

Ya habíamos tenido la oportunidad de visitar otras comunidades Amish y teníamos conocimiento de algunas de sus costumbres. Entre ellas, que viven de trabajar la tierra y que fabrican su propia ropa y adornos para el hogar. Sabíamos que los hombres casados se dejan la barba crecer y como medio de transporte utilizan un carruaje tirado por caballos. Y allí nos enteramos de otros detalles como que consideran la vestimenta llamativa mundana y que las mujeres utilizan un gorro de tela que las identifica con esta región. La tradición de llevar un estilo de vida simple y sin tecnología es para evitar los peligros espirituales del mundo terrenal.
Al finalizar el recorrido dimos un agradable paseo a pie por la finca, donde pudimos ver varios animales domésticos. A modo de entretenimiento en una de las áreas organizaron un juego con unas cabras que resultó muy divertido. El momento más jocoso fue cuando una de las cabras subió a la espalda de Marco, provocando risas en todos. Además de la granja, en la finca hay una escuela, un establo y una herrería.



Nuevamente cambiamos de ciudad en dirección a Hershey, Pennsylvania. De allí lo primero que nos llamó la atención fueron los postes de luz con forma de Hershey’s Kisses. Fuimos hasta Hershey’s Chocolate World donde disfrutamos de un recorrido gratuito y aprendimos cómo se hacen los chocolates.


A 55 minutos de Hershey se encuentra Gettysburg, Pennsylvania. Esa noche al llegar al centro nos encontramos con un pueblo precioso con edificios históricos. Aunque estaba cerrado decidimos dar un paseo en carro por el Gettysburg National Military Park. Ahí tuvo lugar, en 1863, la batalla más importante de la Guerra Civil. En esta contienda, que duró tres días, combatieron 165,000 soldados de los que aproximadamente 50,000 perdieron la vida. Ver el lugar durante la noche e imaginar la sangrienta batalla fue estremecedor.




Retomamos nuestro “road trip” en dirección a Baltimore, Maryland. Lo primero que hicimos fue visitar el Maryland Zoo, establecido en 1876 cuenta con 130 especies diferentes de animales que incluyen: aves, mamíferos, anfibios y reptiles.
Luego visitamos Inner Harbor, una zona comercial y turística muy activa. De entre su amplía oferta de entretenimiendo decidimos visitar el National Aquarium, que según su portal de Internet alberga cientos de especies de animales. Entre las diversas exhibiciones se encuentran: delfines, peces, sapos, tiburones, tortugas marinas, serpientes, pulpos, aves, cocodrilos, entre otras.




